Pintor de Naturaleza, agropecuario y paseante. ojeapotri@gmail.com 920382395

Una mañana de vértigo

Me acerco a hurtadillas a un pequeño recodo del Embalse de Rosarito y, sin quererlo, levanto a una cigüeña y a un par de azulones. Pero lo que ando buscando está allí: una pareja de somormujo lavanco, ensimismada en su cortejo nupcial. Planto la silla y el telescopio, y me dispongo a sacar el cuaderno y demás bártulos, cuando algo sale de la junquera cerca del zarzal donde estoy colocado. Una azulona con diez pollitos de pocos días que, a ritmo acelerado, se alejan para ocultarse en otra mancha de juncos situada en medio del agua. Tras perderlos de vista, hago un barrido con el «teles» y descubro una pareja de ánade friso, como buscando sitio. Pero los patos son increpados por un ocioso grupo de machos de azulón, que su único entretenimiento es dirimir sus diferencias o molestar a todo el que se arrime. Mientras tanto, las hembras incuban o cuidan sus pollos. ¡Valientes caraduras! Cerca, un par de cigüeñas ranean por la orilla y una garza real se entretiene con una carpa, seguramente rendida después del desgaste del desove.

Con el aliento todavía contenido, una rapaz se me acerca volando bajo. Todo me hace indicar que se trata de un ratonero; pero cual es mi sorpresa cuando, al sobrevolarme, descubro que se trata de un flamante macho de abejero. Desde mi posición, puedo ver cuatro nidos de milano negro, todos con los pájaros echados. Durante un rato, me deleito observando tanta vida en ebullición… y de repente me digo: «Potri, saca el cuaderno y el lápiz, que al final te vuelves a casa con las hojas en blanco«.

Me centro en los somormujos, que es a lo que he venido. No cesan de hacerse posturitas y guiños el uno al otro: se sacuden, erizan los penachos y gorgueras de sus cabezas, hacen como que se acicalan el plumaje, se desperezan y estiran sus patas… todo un repertorio de mensajes codificados, que hay que ser somormujo para entenderlos.

De repente, caída del cielo, llega una «piara» de cormoranes grandes que se apoderan del lugar, y parece que el resto de pájaros, excepto las cigüeñas, tocasen retirada. Como en esta ocasión no tocaba «cormoranes», decidí también retirarme. Una hoja de bocetos de somormujo, no es irse de vacío.

Somormujos lavancos

De camino al coche, echo un vistazo a otro recodo, donde a simple vista veo movimiento de «pájaros»: azulones, cormoranes, garzas reales y una garza imperial inmadura. Cuando daba la sesión por concluida… descubro, posada en una rama lateral de un gran tocón de pino, ¡un águila pescadora! Esta ocasión hay que aprovecharla. A escondidas, me coloco en la orilla entre un grupo de pinos. Es una pescadora inmadura y tiene entre sus garras una gran carpa a medio comer. Cuando ya casi la había hecho la primera hoja de bocetos, me cae una piña que casi me da. Justo miro para arriba y… ¡zas! cae otra. Una ardilla parecía estar a lo suyo. «¡Eh, eh! que las cosas se pueden decir sin necesidad de andar a piñazos». Y yo, que soy de no molestar, me muevo unos cuantos pinos más abajo y así aprovecho para acercarme un poco más a la pescadora.

Águila pescadora

Cuando estoy con la segunda hoja, un alarmado carbonero revolotea a mi alrededor. En una rama seca descubro una vieja piquera de carpintero, donde parece haber instalado su nido. Y yo, que soy de no molestar…

Águila pescadora

Salgo del pequeño pinar, cobijándome entre unos majuelos. Desde el primer momento, me di cuenta que la pescadora llevaba una anilla metálica en la pata izquierda; pero, a pesar de que me había ido acercando poco apoco, no consigo leerla. Durante mi tercera y última hoja de bocetos, la rapaz devora su carpa, a excepción de sus aletas caudales. Tiene unos preciosos ojos amarillos y una mirada frontal penetrante. No he terminado de dar un toque de color, cuando por el rabillo del ojo veo un bulto que se sumerge en el agua. Miro con los «prismas» un recorrido de pompitas surgen a la superficie. Eso no puede ser de otra cosa que de una nutria y… de repente, aparece. La sigo, esta vez con el telescopio, y veo que se oculta en una pequeña isla de zarzas y sauces. Ésta no tenía ganas de hablar. La pescadora emprende el vuelo con el buche lleno, hasta acabar posándose lejos, en la orilla de enfrente.

Águila pescadora

Al final, se pasó la mañana y, ahora sí, tocaba retirada. A veces, hay salidas al campo que son irrepetíbles.

10 comentarios

  1. Francisco

    estoy impresionado por estos apuntes Potri, especialmente por el último a color de la pescadora, .. es fantástico. Si necesitabas cogerle el punto de nuevo a los apuntes de campo, yo creo que lo estás consiguiendo con creces, .. Enhorabuena!. Un abrazo. Francis.

    11 May, 2010 en 11:14 am

  2. Gracias Francis, la verdad, es el único que merece la pena. Creo que ya me voy acercando un poquito más. Es cuestión de práctica.
    Abrazos
    Potri

    11 May, 2010 en 11:41 am

  3. Lea

    Mañanas de campo así dan mucha envidia, pero mucha, mucha.

    11 May, 2010 en 12:09 pm

  4. Lea, vuestro paseo del domingo también tuvo que ser fantástico. Las malas mañanas se esconden debajo de la alfombra.
    Besos
    Potri

    11 May, 2010 en 2:45 pm

  5. Vaya tela Antonio. A mi me parecen todas las láminas de apuntes excelentes, pero especialmente las 2 que tienen color. Una auténtica pasada, con esos trazos tan sueltos y rotundos, manteniendo el color en el lugar adecuado y justo. Los verdes del fondo de la pescadora alucinantes, y como has resuelto el plumaje del dorso, con lo complicado que es….. Fantástico trabajo. Un abrazo!.

    13 May, 2010 en 5:48 am

  6. Sigo sin encontrarme cómodo, después de tanto tiempo sin salir al campo a dibujar. Las acuarelas, también llevaba tiempo sin tocarlas. El color, lo doy con el pincel con cartucho de agua; regalo del maestro Francis. Gracias por tus ánimos y comentarios Senci.
    Abrazos
    Potri

    13 May, 2010 en 7:26 am

  7. Pues menos mal que no te encuentras cómodo, menos mal. El estudio de los somormujos no tiene desperdicio.
    Por cierto, ya me gustaría a mi hacer los garabatos que haces tu con el lápiz. Saludos

    13 May, 2010 en 3:15 pm

  8. Gracias Lluis por tus comentarios. Tú si que eres un maestro del lápiz; ya me darás unas clases particulares. Al somormujo tendré que dedicarle alguna sesión más.
    Espero ansioso ver más obras tuyas.
    Abrazos
    Potri

    14 May, 2010 en 8:18 am

  9. Grandísimos apuntes e inmejorable trabajo el que publicas en tu web.Felicidades

    15 May, 2010 en 8:21 pm

  10. Gracias Juan, por tus comentarios. Se hace lo que se puede… y lo que se dejan. Veo, por tu blog, que tú tambien estás infectado por este veneno.
    Abrazos
    Potri

    17 May, 2010 en 7:20 am

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