Pintor de Naturaleza, agropecuario y paseante. ojeapotri@gmail.com 920382395

De madrugón en madrugón

La semana pasada hice en días consecutivos, tres salidas cortas por la mañana al Tiétar y Rosarito. La primera  simplemente para comprobar el pulso del bicherío por la zona. La cosa estaba animada y me pareció interesante una gran tabla de agua separada del cauce donde se concentraba un grupo de espátulas, cigüeñas negras, garcetas grandes, cormoranes, limícolas y un largo etcétera. Estas tablas deja acorralada gran cantidad de pesca sentenciada a morir, atrayendo a toda esta gente para darse el festín. Suelen secarse con rapidez por lo que al día siguiente, antes de amanecer, ya estaba acomodado en el interior de mi escondite dispuesto a llenar de bocetos mi cuaderno de campo. Con las primeras luces, oigo a mi izquierda ruido en el agua. Me asomo y, en el mismo cauce del río veo dos nutrias. Salen a un arenal y, lo que al principio me pareció el típico juego del «dao… te quedas», terminó siendo una disputa encarnizada por un probable problema de lindes. Después del enganchón, una de ellas se tiró al agua en una huida desesperada mientras la victoriosa la contemplaba alejarse río abajo. La mañana prometía. Nada más lejos; ni aparecieron las espátulas ni las negras. Aún así, el «charcón» empezó a animarse con martines, cormoranes, garcetas y limícolas varios con los que pude complacer a mi ansiosa mano a hacer algunos garabatos. Primero a un martín pescador que tenía querencia en una percha cercana y, yo a un martín nunca le digo que no. Después, garcetas comunes que no paraban de pescar pequeños pececillos, o cormoranes que iban y venían en un flujo constante para llenar el buche.

Es lo que dio de sí el poco rato que estuve. A las 10 tocaba retirada, volver al estudio y ganarse el jornal.

Al día siguiente, lejos de desanimarme, volví a darme el madrugón e instalar el «hide» en el mismo lugar esperando tener mejor suerte. Se ve que el destino no acompañaba y, cuando ya me preparaba para meterme en su interior; un grupo de pescadores llegaban para quedarse unos metros más arriba. Sin perder tiempo , desmonto y me apresuro buscando nueva ubicación río abajo. Ya clareaba y temía estropear el factor sorpresa. Respiré tranquilo una vez dentro del escondite en su nuevo lugar; cerca del cauce y con amplio campo de visión. Lo primero que hice fue mirar a una zona de piedras por si sonaba la flauta y se dejaba ver alguna de las nutrias del día anterior. ¡Bingo! ahí estaba, afanada en la pesca con su táctica de acorralar los peces gracias a un corro de burbujas. Al poco rato dio por concluida la jornada al asomar el sol. Esperando que aparecieran las negras, me entretuve con un andarrío grande y un archibebe claro, más que nada para terminar de familiarizarme con mis nuevos portaminas gruesos. En un barrido con el teles descubro una joven cigüeña negra, que aunque un poco lejos, me permitió hacer un boceto. Me llamó la atención la flamante y perfecta colocación de sus plumas. No había terminado, y salió volando río abajo donde, a pesar de la aberración óptica por el calor, podía ver un grupo de ellas pescando junto a garzas y cormoranes. Creo que en esta ocasión tampoco acerté con el sitio. También pude dedicar un rato a una collalba gris. Por estas fechas, el paso de estas inquietas aves es impresionante. Se ve una en cada piedra. A éstas tendré que dedicarlas expresamente una sesión.

Por lo demás, un archibebe claro voceando al viento y, a recoger que son más de las diez. Pocos bocetos, pero contento. Salir al campo a dibujar siempre es mágico.

9 comentarios

  1. Albert

    Tu sigue madrugando, que nosotros seguiremos disfrutando de tus madrugones…
    Me gusta especialmente el repertorio de poses y actitudes del archibebe
    Saludos

    27 septiembre, 2011 en 8:07 am

  2. Fantástico, Ojea… eres un genio. Y me das una envidia, sana… ahora no se puede salir mucho, sólo podría disponer de los fines de semana y los tengo liados con ordenar trastos en el taller o cuestiones de hogar. Las tardes tampoco son factibles… los inicios del curso obligan a hacer la «burrocracia» de papeles e historias que no dejan tiempo para otra cosa, además con los palos que están dando los políticos, toca dar tecnología aunque no sea especialista en el tema. Y parece que no podemos quejarnos, como si fuésemos nosotros los culpables que la crisis… pero bueno….
    Perdón por la parrafada.

    Pues lo que decía. Maestro, que el boceto de la garceta acicalándose sobre la rama se merece una obra de estudio. Me encanta.

    Un fuerte abrazo

    27 septiembre, 2011 en 11:09 am

  3. Albert, espero seguir dándome esos madrugones… y espero que tu sigas viendo el resultado. Los archibebes y el resto de limícolas, son gente delicada que conviene tratar con cariño. La expresiones de la cara suelen ser complicadas.
    Fran, no pretendo dar envidia. Seguro que encontrarás momentos para salir al campo. En cuanto a los políticos, ni me los mientas… me entran ganas de «potar». Por lo que veo, tú tampoco tienes duendes que te adelanten el trabajo en el taller o en el hogar. A veces oigo a mis pastillas de acuarela gritar dentro de su caja deseando dar color a algún boceto. Espero complacerlas pronto.
    Abrazos Albert y Fran.

    27 septiembre, 2011 en 11:51 am

  4. Una delicia de apuntes. Me gustan especialmente los de las garzas y sobretodo el de ese cormorán acicalándose.
    Un abrazo y buen fin de semana.
    Lluís

    1 octubre, 2011 en 11:56 am

  5. José

    Dibujos hermosos y perfectos, lo haces parecer tan fácil, lo dibujo de campo es uno de los mejores ejercicios.
    Un saludo
    José

    2 octubre, 2011 en 10:11 pm

  6. Lluís, me alegra que te gusten. Espero volver a salir a dibujar pronto.
    José, que bueno verte por aquí. Estos dibujos pueden ser hermosos, pero dudo que sean perfectos. Lo importante es lo experimentado y un pintor de naturaleza que se precie, tiene que ejercitar el dibujo del natural siempre que sea posible. Espero seguir viéndote por aquí.

    Abrazos
    Potri

    3 octubre, 2011 en 8:26 am

  7. José

    Cuando digo perfectos me refiero a la simplicidad, buenas proporciones y altitud. Utilizando los acrílicos con mas frecuencia hay algún tiempo que no trabajaba con las acuarelas y lo tiempo disponible para dibujar al natural es muy limitado en mi vida profesional actual, así observando tu blog recuerdo buenas salidas de campo e reanimo la inspiración.
    Gracias Potri.
    Abrazos
    José.

    3 octubre, 2011 en 10:19 pm

  8. Francisco J. Hernández

    cuando dibujo del natural, no suelo preguntarme porque hay una pose, un escorzo, un ángulo que despierte en mi el deseo casi instantaneo de congelar ese instante en el papel, simplemente, intento recogerlo .. a veces simplemente hago lo que puedo, es decir, lo que el ave, me ofrece .. ( el pajaro en cuestión está inmovil, .. no se mueve en media hora, perfecto el momento ..) al ver tus bocetos, me surgen estas preguntas .. ya, … esto suena a metafísica del dibujante de campo … Son fantásticos Potri. Un abrazo.

    9 octubre, 2011 en 9:31 am

  9. José, anímate a salir a dibujar al campo.
    Francis, a mí me ocurre lo mismo. Unas veces espero la inmovilidad del ave y otras intento plasmar algún gesto que he podido retener en la memoria o que repite frecuentemente. Esperas con el lápiz apuntando al cuaderno y, de repente sin saber porqué estás dibujando… es una sensación mágica.
    Abrazos
    Potri

    9 octubre, 2011 en 6:54 pm

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