Pintor de Naturaleza, agropecuario y paseante. ojeapotri@gmail.com 920382395

Archivo para May, 2011

Trabajar para ganarte la vida…

… y la vida que te ganas, te la gastas en trabajar.

Estas son  unas muestras de algunos de los trabajos que tengo entre manos. Entre otros, la interminable lista de especies marinas de interés comercial para una guía de consumo responsable por encargo de WWF-España. Todas hechas en digital.

Seguro que a más de uno le entrará hambre… unas gambitas a la plancha. Yo sin embargo, tengo por norma no comer cadáveres desde hace bastantes años.

Espero salir pronto al campo a dibujar «mis cosas», tengo el depósito del ánimo en reserva.


Jugando al escondite

Por fin he podido salir un par de mañanas a dibujar al campo y, que mejor lugar que en mi pequeño terruño, donde tengo motivos para dibujar y llenar hojas de mi cuaderno.

Desde que llegaron los papamoscas cerrojillos a mediados de abril, tenía ganas de dedicarles alguna sesión. Durante los primeros días los machos cantaban desde posaderos bastantes visibles, pero en cuanto aparecieron las hembras,( hago el comentario en plural, pues ya son dos las parejas confirmadas) se volvieron más tímidos. ¡ Ya estamos jugando al escondite como siempre!  Aun así, hice una espera a uno de sus posaderos habituales.

Mientras esperaba, me distraje con un chochín que parecía proclamara la posesión del bosque para él solo… tan pequeño y tan escandaloso.

El papamoscas por fin apareció, posándose en el lugar previsto; las puntas de unas ramas de un par de castaños secos. Cantó un poco, cazó algún insecto al vuelo, y luego desapareció entre los avellanos, alisos y abedules donde está el nidal, del que parece haber tomado posesión. Aun así, pude hacerle algunos bocetos.

Transcurrido un rato y después del desplante, decidí  ir a los robles de enfrente para probar con la otra pareja. Con ésta la cosa no fue diferente, pero tuve ocasión de observar entradas fugaces de la hembra al nidal con flores secas de roble. El macho no hizo gran cosa. Se limitó a cantar, sacudir las alas para mostrar su «semáforo» blanco de las alas y posarse sobre el nido piando a la vez que extiendía la cola.

Esta misma mañana salgo pensando en dedicárselo a las flores; sobre todo a unas orquídeas que las tengo ganas. De repente; el canto de un pico menor, me hace mirar con los prismáticos a un cerezo en frente de casa donde lleva ya más de dos semanas haciendo un nido… y ahí está. Un precioso macho atareado con su formón que a pesar de mi presencia no parece importarle. Me digo » Potri, las flores pueden esperar, no creo que vayan muy lejos». A estos pequeños carpinteros también les gusta jugar al escondite. En ocasiones hacen nidos que no llegan a terminar… por eso de volverme loco hasta saber cual de las «catas» es la definitiva. Todos los años me hace lo mismo. El caso es dejarme los cerezos como un queso. La hembra lo llama desde unos robles cercanos y él la contesta como diciendo: » ven, ven, mira que nidito estoy haciendo».

La hembra no tarda en aparecer, hace una revisión del interior del nido sacando unas pocas virutas y al poco rato se marcha.

Aprovechando la ausencia de ambos, decido cambiar de posición para ver  la piquera desde otro ángulo. No termino de colocarme y de hacer alguna foto panorámica, cuando aparece de nuevo el macho. Y sigue con la tarea. Parece que la hembra le ha dicho que todavía hay que ahondar un poco más. Tiene el plumaje un poco despeinado de tanto entrar y salir por el estrecho agujero.

Parece mentira lo confiados que pueden mostrarse estos pájaros haciendo el nido tan cerca de la casa y a un metro escaso de la casita de madera. Espero que terminen criando aquí, para poder ver las cebas a los pollos desde el ventanal.

En fin, creo que las orquídeas las dejaremos para otro día.